¿Es posible hacer que los productos sostenibles sean una norma?
Parece que estamos en la senda de hacerlo una nueva realidad, así el Parlamento Europeo y el Consejo alcanzan un acuerdo político provisional en relación con la propuesta de Reglamento sobre diseño ecológico para productos sostenibles.
Se dará prioridad a aquellos productos catalogados como de “gran impacto”: textiles, muebles (incluidos colchones), el hierro y el acero, el aluminio, los neumáticos, las pinturas, los lubricantes y los productos químicos, productos relacionados con la energía, productos TIC y otros productos electrónicos.
Aunque es cierto que existen algunas exclusiones, como es el caso de los vehículos de motor.
Se apuesta por unos requisitos de diseño ecológico destinados o pensados para que los productos sean más sostenibles a nivel medioambiental. Algunos de estos requisitos, son: durabilidad, reutilizabilidad, actualización y reparabilidad del producto, presencia de sustancias químicas que inhiben su reutilización y el reciclado de materiales, eficiencia energética y recursos, contenido reciclado, huella de carbono y huella ambiental, información disponible sobre el producto, en particular un pasaporte digital del producto.
Además, la propuesta contiene la prohibición de destruir determinados productos no vendidos (productos textiles y calzado). Quedando exentas las microempresas y las entidades pequeñas (con las excepciones recogidas en la norma).
En definitiva, esta propuesta se postula como medida para reducir la huella ambiental de los productos, poniendo el énfasis ya desde el diseño (ecodiseño).