En el último año el comercio electrónico, nacional y transfronterizo, ha experimentado un crecimiento y una transformación continua para adaptarse a la nueva realidad provocada por la crisis sanitaria del Covid-19.
Los compradores han cambiado sus hábitos de consumo, principalmente por las restricciones de movimiento y los límites de aforo en tiendas físicas, evolucionando hacia un nuevo tipo de consumidor que prefiere y utiliza cada vez con más frecuencia el comercio online como canal más seguro.
El comercio electrónico en España
El último análisis del INE refleja que, en cuanto a la frecuencia y al volumen de compras registradas el pasado año:
- El 73% de los usuarios de entre 25 y 34 años ha comprado online, seguido por el 69% de los de 35 a 44 años y casi un 62% de los jóvenes de 16 a 24 años;
- Aproximadamente 19 millones de personas, lo que supone más del 53% de la población de entre 16 y 74 años, han comprado por Internet (frente al 46% de 2019);
- Más del 62% de los encuestados lo ha hecho en los tres últimos meses (en comparación con casi el 47% de 2019);
- El gasto medio por comprador supera los 270€ (con un aumento de más de 9€ respecto a las cifras del pasado año);
En cuanto al tipo de productos adquiridos en los últimos tres meses:
- Más del 50% de la población de 16 a 74 años compró algún producto en formato físico;
- El 30%: ropa, zapatos o accesorios;
- Un 16%: entregas de comida a domicilio;
- El 14%: artículos deportivos;
- Casi un 36% se descargó algún producto o suscripción (software, películas o series en streaming y juegos online);
Muy unido al auge del ecommerce, también es interesante analizar el crecimiento del uso de la tecnología, según el cual, en el último trimestre:
- Prácticamente todos los jóvenes de 16 a 24 años han utilizado Internet;
- A partir de los 55 años, un 89% de la población ha estado conectada;
- El mayor incremento del uso de Internet se ha medido entre los usuarios de 65 a 74 años;
El comercio electrónico en Europa
Respecto a los datos registrados en la Unión Europea, el análisis de Ecommerce Europe elaborado a partir de los datos recabados en un estudio transfronterizo, expone:
- La necesidad, por un lado, de armonizar la normativa para garantizar el suministro de bienes y, por otro lado, de proporcionar a las empresas igualdad de condiciones para operar en el mercado único;
- Una percepción positiva del comercio electrónico tanto a nivel público como político;
El impacto desigual en diferentes sectores, fácilmente identificable por el aumento de las compras de bienes de primera necesidad y productos de higiene, frente al sector turístico y del transporte que ha experimentado una reducción de sus ventas de entre el 40% y 70%. De esta manera, los sectores que han experimentado un mayor incremento en el número de ventas online son alimentación y bebidas, mobiliario, productos para el hogar y entretenimiento. En el lado opuesto encontramos productos como ropa, zapatos y ventas de viajes y billetes online.
Este crecimiento sectorial del ecommerce se relaciona directamente con los artículos declarados como esenciales por parte de los diferentes países, teniendo en cuenta que la mayoría definió alimentación, bebidas y productos de higiene como artículos de primera necesidad. Además, algunos estados ampliaron este listado, como es el caso de:
- Francia, Bélgica, Irlanda y Suiza con el bricolaje;
- Francia e Italia con la tecnología;
- Polonia con el mobiliario;
De la misma manera, el impacto general del aumento de las ventas online se ha vivido de manera diferente en cada país ya que, por ejemplo, el comercio electrónico ha representado un aumento de las compras online de entre el 60 y el 70% en Finlandia, del 44% en Irlanda y del 4% en Holanda.
Finalmente, unido al incremento del volumen de ventas online, la mayoría de los participantes del estudio afirma que el principal reto al que se han enfrentado las tiendas online son las entregas, ya que la crisis sanitaria ha supuesto todo un reto logístico.
¿Cómo evolucionará el ecommerce transfronterizo en 2021?
Todos los encuestados señalan un crecimiento permanente del ecommerce como consecuencia del aumento de la confianza por parte de los ciudadanos y muy unido también a la aceleración de la digitalización del sector empresarial europeo.
En definitiva, nos encontramos ante un auge del comercio electrónico, impulsado por empresas y consumidores como el mejor salvavidas de muchos negocios que permite satisfacer la demanda de productos por parte de los consumidores y garantiza el suministro de bienes esenciales.